Bien caballeros, esto empieza a animarse.
En mi anterior aporte abordé adrede solamente la cuestión semántica de "Crucero de Batalla", pues no hay mejor manera de enredar un asunto que trastocar las denominaciones, véanse los ejemplos de la vida moderna : "Comunidad autónoma" por región, "apropiar" por robar, "reformar" por recortar, "reajuste laboral" por despido masivo, "concurso de acreedores" por suspensión de pagos y así
ad infinitum.
Al carecer yo de vocación política y comercial, me agrada llamar a las cosas por su nombre, de modo que no comparto las fantasías de un brillante marino en claro declive, plasmadas en forma náutica para desgracia de sus futuras tripulaciones y despilfarro del erario público. Fisher acertó en muchas cuestiones y fue un innovador en otras, pero con el "Crucero de Batalla" erró completamente.
Es evidente que los Cruceros de Batalla eran naves muy idóneas para combatir contra Cruceros-acorazados obsoletos y de notorio menor tamaño, del mismo modo que los Cruceros-acorazados eran muy buenos para anular a los Cruceros Protegidos (o pesados), estos últimos eran ideales para combatir a los Cruceros Ligeros, que a su vez eran óptimos para anular a los Destructores, los cuales eran a su vez perfectos para contrarrestar a los Torpederos.
Curiosamente los Cruceros-acorazados no sufrieron la misma revolución monocalibre de sus hermanos mayores, por ello quedaron totalmente desfasados. Y el Blücher, el último y seguramente el mejor Crucero-acorazado que hubo, contaba con una mala disposición artillera, la cual permitía el tiro de sólo 8 de sus 12 piezas de 210 mm por banda, obligando a construirlo con una mayor manga la cual perjudicaba su hidrodinámica.
Las comparaciones entre las diferentes categorías de buques no sirven al caso, principalmente por la cuestión del coste, más o menos proporcional al tonelaje dentro de la misma nación y época. Pero sí que procede comparar a los Cruceros de Batalla con los Acorazados, pues su coste monetario venía a ser el mismo.
Invertir los medios necesarios para construir un buque de batalla que luego va a ser apto sólo para contender con enemigos menores y obsoletos, no es una buena inversión. El mar es inmenso, y las condiciones, problemáticas y rocambolescos devenires que puedan darse en una incierta futura guerra con un incierto enemigo, son imposibles de prever, por tanto conviene crear barcos lo más polivalentes posible, sobretodo cuando cuestan tanto dinero.
Lo que unos ingenieros supongan estratégicamente sobre una mesa de diseño, después en la mar no sirve. La tan manida cantinela de que el Capitán de un Crucero de Batalla siempre podría evitar el combate con Acorazados mejor artillados y blindados a voluntad, merced a su velocidad un 25% superior, en la realidad no siempre sería cierto. Averías aparte, posibles en los elementos de propulsión en el peor momento, pongamos de ejemplo el escenario del Mar del Norte.
Este tormentoso y neblinoso mar, frecuentemente padece fenómenos de niebla intensa, la cual puede levantarse raudamente merced al caprichoso viento como volver a formarse de nuevo. Esto supone en la práctica que de tener una visibilidad de 500 mts o menos, en pocos minutos se puede pasar a 10.000 mts o más. En aquella época no existían radares, de modo que un Crucero de Batalla podía toparse de golpe con un Acorazado rival a 1.000 mts, entonces a correr tocan...Llegar a distancia de seguridad le podría llevar una hora, y en ese tiempo padecería un cañoneo del cual seguramente no saldría indemne; un sólo impacto en una sala de máquinas que le mermase la velocidad y estaría condenado. Por no hablar de un impacto en la santabárbara.
Quedaba el mal recurso de permitir la navegación a los Cruceros de Batalla en el Mar del Norte sólo en el verano o con buen tiempo, y en las otras estaciones sólo en el Atlántico, o mejor destinarlos exclusivamente al Mediterráneo donde hay mejor climatología.
Otro escenario. Un convoy de mercantes en demanda del Reino Unido escoltado por un crucero de batalla, se les aparece un Acorazado mono-calibre en lontananza. Habría dos opciones. 1- Salir huyendo y dejar que el acorazado hunda 10-20 mercantes, dependiendo de sus municiones disponibles, del tiempo que falte para anochecer etc. 2- Plantarle cara y dispersar el convoy; otro navío de la Royal Navy hundido heroicamente, pero con un poco de suerte, si lograse averiar y entretener lo suficiente al acorazado rival, la mayoría de mercantes conseguirían escapar y llegar a destino, y la viuda del Capitán recibiría una banderita y la Victoria Cross. Menuda decisión para el Capitán al mando.
La enseñanza es que no pueden preverse las múltiples situaciones en que podrán verse envueltas las flotas, las cosas no suelen pasar como a nosotros nos gustaría que pasasen, y siempre si tiene que estar preparado para lo peor.
La comparación que me haces compañero Topp,
entre el Derfflinger, un navío de casi 27.000 tm con el Dreadnought, de casi 18.000 tm y ocho años más viejo, no es adecuada. Yo comparaba al anterior con el Invincible por ser naves de similar tamaño, coetáneas y de la misma nación por tanto, igual calidad en los aparatos de puntería, artillería etc. Al Derfflinger procede compararlo con el König, acorazado germano de 25.800 tm -un poco más pequeño- y del mismo año: Diez piezas de 305 mm contra ocho a favor del König; coraza máxima vertical/horizontal respectivamente de 350/100 mm. en el König contra 300/80 mm. en el Derfflinger, y a mayor abundamiento, el König tenía una silueta de 175 mts, la del Derfflinger era de 210 mts, con lo cual el buque más débil encima era un blanco más fácil, una combinación nefasta.
El Derfflinger era cinco nudos más veloz, su única ventaja, pero tampoco lo concibo como mejor en el aspecto de la guerra de corso, pues según los datos de que dispongo su autonomía era de 5.300 millas a 14 nudos, la del König 8.000 millas a 12 nudos, aunque considerando que lo de la autonomía es algo muy variable dependiendo de la calidad de combustibles, mantenimiento etc, dejaría estos datos en cuarentena, pero de ser ciertos el famoso Crucero de Batalla alemán no era idóneo para la guerra contra el tráfico marítimo en el atlántico. Otra ventaja para el König, contaba con un poco más de manga y mayor franco bordo, lo que se traduce en mejores condiciones marineras.
Acabo de comparar dos navíos de similar porte y coste, prescindiendo de etiquetas. El Derfflinger vió disminuida su protección, su artillado y hasta su autonomía, todo para potenciar su velocidad. Se habían perjudicado tres de sus parámetros básicos para mejorar uno, un buen ejemplo de como desequilibrar un buque. Y éste es el que está considerado como el mejor Crucero de Batalla de la I GM, con lo cual estoy de acuerdo, los demás eran todavía peores.
Algunas otras ventajas menores tenían los Cruceros de Batalla, disponían de locales internos más amplios y en consecuencia mejor habitabilidad, y además en virtud de sus más afinadas lineas eran barcos más estéticos y adecuados para paradas y demostraciones públicas, siempre lucirá y elevará más la moral del público un barco de 210 mts que uno de 175. De tener que elegir una maqueta para decorar mi hogar, escogería sin dudar la del Derfflinger, quizás el buque pesado más hermoso de la I GM. De haber sido un marinero alemán voluntario en aquellas fechas, de poder elegir jamás me habría enrolado en él.
Cambiando de tercio, a la pregunta lanzada por el compañero Heinz sobre la calificación que merecen los Panzerschiff Admiral Graff Von Spee, pues en cuanto a tamaño y hechuras del casco eran unos cruceros pesados, con un blindaje aceptable como tales sin llegar a estridencias, y con una artillería muy superior. La mayor pega la tenían en su escasa velocidad como cruceros, 27 nudos, más propia de un acorazado medio. Denominarlos como Cruceros-acorazados pudiera ser acertado considerando su artillería, no su blindaje. Quizás la mejor denominación sea la de "Acorazados de bolsillo" con la cual han pasado a la posteridad.
Saludos cordiales.